SEGUNDA PARTE
Compartimos con ustedes apartes del artículo de Juan Carlos Piedrahita,
publicado el 21 de mayo en el diario El Espectador:
“Mientras Jim Morris era el carisma, Ray Manzarek era el cerebro de la
banda The Doors. Durante los ocho años de actividad de la agrupación
norteamericana, entre 1965 y 1973, el teclista, productor y compositor
nacido en Chicago en 1939 se encargó de ser el catalizador de los
excesos de genialidad tanto del famoso vocalista como de su máximo
opositor dentro del grupo, el baterista John Desmore. En los conciertos y
en los estudios de grabación siempre se ubicaba en el medio de los dos para intentar cohesionar
sus egos y sacarle provecho a su rivalidad para el único tema que le interesaba, la música.
Dos elementos caracterizaron el estilo de la agrupación The Doors. El primero, por supuesto, era
la capacidad histriónica de Jim Morrison, quien nunca se preocupó por entender cuáles eran los
pactos tácitos indispensables en un trabajo colectivo. La segunda esencia y no menos importante,
estaba relacionada con el sonido de los teclados. La pronta desaparición del reconocido cantante
(1971), sin duda disminuyó la proyección del grupo. Sin embargo, Manzarek asumió nuevamente el
rol principal para eternizar el legado de su propuesta y exhibir una de las facetas más psicodélicas
del rock.”
Jim Morrison -borracho irredento para algunos; poeta enorme para nosotros- descansa o se
revuelca bajo las piedras de Père Lachaisse. Y Manzarek -sublime en las teclas, genio y mesura
ante los excesos del 'performer'- se fue con el sonido que le dio fuego al rock and roll.
Los Invitamos, ahora, a escuchar apartes de la versión rock de la cantata CARMINA BURANA,
realizada por MANZARECK en el año 1983, con producción de Philip Glass y Kurt Munkacsi.
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